El armario de Ariane: Dolor de cabeza.

sábado, 22 de enero de 2011

Dolor de cabeza.

Es una pesadilla pensar. Y es todavía peor cuando piensas durante varios días y siempre en el mismo tema. Cinco días, a todas horas...pensando en las segundas oportunidades y mordiéndome las uñas. Cinco días de dormir poco y mal arrepintiéndome por cosas que no volverán y por las que poco podemos hacer. Cinco días huyendo incluso de mí misma. Cinco angustiosos días que no me han llevado a casi ninguna conclusión. Miles de minutos pensando.
Lo que no sé es cómo concluirá esta historia. Solo espero que pensar me haya servido para algo.

1 comentario:

JEJE24 de enero de 2011, 13:55
Hola Ariane:)
Quiero decirte que pienso que no hay que darle tantas vueltas a las cosas, porque muchas veces te llevan al mismo punto y pierdes mucho tiempo que podrías aprobecharlo de otra manera. Pienso que está bien reflexionar las cosas, pero abusar no suele ser práctico. Así que mi consejo es que pienses en otras cosas que te evadan y te dejen dormir:)
Un abrazo^^!
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Nunca se tienen suficientes bolsos.

No soy rubia ni me gusta el martini con hielo. Soy alta, en realidad casi llego al metro setenta y con tacones lo sobrepaso. Loro con mucha facilidad, pero soy tan divertida en ocasiones que te dolerá cada centímetro del cuerpo de tanto reirte. No estoy contenta a menudo, la verdad, pero cuando me siento bien no hay quien me pare. No sé cantar y nunca me han enseñado a sonreir, tuve que aprender sola. Soy incapaz de estarme quieta, no me enfado casi nunca, hablo demasiado y me pico por tonterías, aunque se me pasa muy rápido. No me gustan las prisas, ni tampoco la soberbia. Odio el orgullo, sin embargo, él a mí me adora. No soporto los silencios, ni los semáforos en rojo, ni que me enciendan la luz de madrugón y me hagan volver a la realidad. Me enerva no saber lo que quiero y al mismo tiempo saber que lo que quiero no se puede tener. No aguanto que la gente me ignore cuando hablo. Me gusta mirar la hora, pues es lo único que hace que me dé cuenta de que el mundo sigue, sin importarle yo ni lo que pase o lo que haya dejado de pasar.